miércoles, 22 de diciembre de 2010

deseo cumplido.


Yo soy una de las pocas personas que les encanta torturarse de la manera no cruel , y cuando digo cruel, digo sentimentalmente. Volví a ese lugar por décima vez en la semana , no por que quería pasear , sino por que quería revivir un deseo .Estas son mis cosas masoquistas , las que te perforan el sentimiento sin tener tentación alguna de impedirlo.
De las diez veces fue la primera vez que me senté en el banco donde pasaron mariposas hasta dos personas... , primero fue una sensación muy extraña , las yemas de mis dedos recorrieron la madera vieja . La que soportó tantas cosas... Después me apoyé sobre el respaldo cómodamente , y ahí me quedé dormida. No era caerme dentro de un agujero persiguiendo a un conejo con reloj , era meterme en mi mente persiguiendo mi deseo. Abrí los ojos y todo era color sepia, salvo ellos dos , la chica era yo misma , osea , me estaba viendo a yo en el otro extremo del banco y a él al lado mio; salté del banco al suelo como si tuviera miedo de que me tocaran , me senté en el pasto al frente de los dos ; primero el se presento caballerosamente , y ella también , con las mejillas encendidas , empezaron a hablar primero de su familia , después de sus gustos , después de sus problemas , y al final , la escena se cambio a una escena de amor . Ellos dos , sentados , juntos mirándose como si fuera su último día en la tierra. Se oyó una voz que lo llamaban a él , el sorprendido , sacó un papel , lo partió en dos y escribió algo y se lo dio en la mano , me lo dio. Decidí dejar de mirar esas escenas que no pasarían nunca y empecé a despertarme, estaba demasiado mal.
Volví al mundo real suavemente para no caer sobre la cruda realidad muy rápido , de un momento a otro vi todo a color. Me levanté y escuché un ruido , miro para abajo y veo un papel arrugado. Lo levanté lo abrí y leí: Leandro :4589-4569 (el chico del banco)

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